martes, 5 de agosto de 2014

La leyenda del Trinche Carlovich


Podría haber sido el mejor jugador de la historia si no hubiese sido por sus malos hábitos. A pesar de solo haber jugado 2 partidos como profesional, todos aquellos que lo vieron siguen hablando maravillas de este joven rosarino. Estamos hablando del Trinche Carlovich.

Tomás Felipe Carlovich, o como se le conocía, el Trinche Carlovich, nació en un humilde barrio de Rosario en 1949. Durante toda su infancia jugó a fútbol en las calles y en los campos de arena cercanos a su casa. Así empezaría la historia de una leyenda del fútbol. Carlovich solo llegó a jugar 2 partidos en toda su vida en Primera División, ya que él no quería que este se convirtiese en un compromiso ni que le suponiese ninguna presión. Él solo quería jugar para disfrutar y para entretener en los demás, bien fuese en una pequeña cancha delante de 50 personas o un gran estadio delante de 30.000, el siempre jugaba con el mismo espíritu.

Ese fue el principal problema del Trinche. Él solo veía el fútbol como una manera de entretenimiento y no llegó a comprometerse en ningún momento. Siempre era el último en llegar a los entrenamientos, incluso 2 horas más tarde, a excepción de que estos fuesen por la mañana o que el rosarino estuviese pescando, una de sus grandes pasiones. Si alguien faltaba en una concentración era siempre él, pero no es algo que le importase. Además de su falta de profesionalidad, un escollo fue su afición a la noche y, como él mismo admite, a las mujeres. Quizá, si hubiese tenido una personalidad diferente, a la hora de hablar de grandes jugadores nos vendría a la mente no solo nombres como Maradona o Pelé, sino también el suyo.

Durante prácticamente toda su carrera jugó en Central Córdoba, un equipo de la Segunda División argentina y el tercero más relevante de la ciudad. También jugo por un tiempo en Colón y en el Independiente de Rivadavia, pero se le llegó a ofrecer la posibilidad de fichar por un equipo francés, aunque el Trinche no aceptó. También se interesaron por él los famosos New York Cosmos, pero aún se sigue hablando de que el mismísimo Pelé fue el que se opuso al fichaje, para que no hubiese nadie que le pudiese llegar a eclipsar, y así seguir siendo la estrella del equipo estadounidense.

A la hora  de definirlo es imposible, ya que abarcaba lo más destacado de algunos de los mejores que conocemos. Para hacerse una idea, podría decirse que era una mezcla entre la mejor versión de Fernando Redondo, incluso más elegante, y Juan Román Riquelme. Un jugador con mucha personalidad, cuyo lema era la pausa y hacer del fútbol un arte, con una visión del balón jamás vista, y una precisión capaz de humillar al mejor de los relojeros.

Por si no son pocas la cantidad de historias entorno a él y, sobretodo, su juego, hay un motivo que provoca que su leyenda sea mucho mayor: no hay apenas registros sobre él. Los únicos archivos que existen son algunos artículos de periódicos argentinos y un puñado de fotos, pero ninguna filmación, algo que engrandece el mito del "mejor jugador visto, pero al que nadie vió". Era tal el espectáculo que brindaba al público que en una ocasión, tras una falta, Carlovich fue expulsado pero, ante los abucheos del público y la resignación general, el árbitro se vio obligado a readmitirle en el terreno de juego.

La admiración entornó a él era enorme, pero todo cambió durante el último partido de gira de la selección argentina. Estos se estaban preparando de cara al Mundial de 1974, pero nadie se esperaba lo que iba a ocurrir. A partir de ahí dejó de ser solo conocido en la provincia de Santa Fe, pasó a ser un mito en toda Argentina. La selección nacional viajó a Rosario para enfrentarse a un combinado de jugadores locales. Dicho equipo estaba formado por 5 jugadores de Rosario Central, 5 de Newell's Old Boys y, como no, el Trinche, a pesar de jugar en Segunda División. Se esperaba que fuese un partido fácil para la albiceleste, pero llegados al término de la primera parte el conjunto rosarino ganaba 3-0. El partido del Trinche fue memorable, llegando a humillar a las mayores estrellas de la selección argentina de aquella época. Fue tal el espectáculo que dió que Vladislao Cap, seleccionador en aquel momento, pidió al entrenador local que cambiase a Carlovich. El partido acabó 3-1, pero el resultado fue lo de menos. Un conjunto de jugadores de Rosario, con Carlovich a la cabeza, había humillado a la selección argentina a falta de 2 meses para el Mundial. El Trinche acababa de jugar el partido de su vida.

Cesar Luis Menotti, ex-seleccionador de la selección argentina, llegó a convocarle para una pre-selección, pero finalmente no la aceptó, poniendo como excusa que no podía volver a la ciudad. Finalmente se retiró en 1986, a la edad de 37 años. El mismo Diego Armando Maradona, a su llegada a Newell's en 1993, dijo que el Trinche fue el mejor jugador de la historia del fútbol. El Trinche Carlovich no llegó a ser un jugador de fama mundial, pero si uno de los mejores jamás visto, y aunque no haya ganado ningún título, se merece que conozcamos su historia.

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